Ya faltan pocos días para el cierre de un año que arrastra nefastos acontecimientos para la economía mundial, marcada, sobre todo, por los efectos de sucesos globales como pandemia, conflictos y tensiones geopolíticas. En esta línea, la mayoría de los países anunciaron datos récord en inflación y deuda pública.
Sin embargo, y a pesar de todo esto, la economía dominicana acabó superando buena parte de los pronósticos y creció un 3.1 % en septiembre de 2023, sostenida por las políticas monetarias implementadas que han contribuido a que sectores económicos de la República Dominicana tengan crecimiento sólido.
La inflación fue derrotada y la tasa acumulada en el año se prevé que terminará en la vecindad del 4%. Para lograr ese objetivo, el Gobierno adoptó dos tipos de políticas. Por un lado, puso en marcha un nuevo escudo de protección social bajo la figura de subsidios otorgados a los sectores y productos más afectados por las alzas internacionales de precios. Por otro lado, igual que en la mayoría de los países, se adoptó una política monetaria restrictiva que cerró el ciclo de las políticas expansivas implementadas durante la pandemia.
Esta combinación de políticas logró, en un período de 13 meses, llevar la inflación desde un pico de 9.64% en abril de 2022 hasta un nivel dentro del rango meta, en mayo de 2023, cuando se colocó en 4.43%.
No obstante, logrado el objetivo de inflación, el Banco Central no tardó en flexibilizar la política monetaria que venía ejecutando. En mayo inició la senda de reducción y hasta noviembre la había reducido en 150 puntos básicos para llevarla hasta 7.0 % anual. Esta medida de reducción en tasas fue acompañada de otras disposiciones de estímulo monetario para contribuir con la rápida dinamización de la demanda interna, como la aprobación de medidas de liquidez del orden de RD$ 200 mil millones, para apoyar a sectores como agropecuario, comercio, construcción y hogares, mediante el otorgamiento de préstamos a tasas preferenciales (no superiores al 9 %).
Esto ha impulsado el producto interno bruto (PIB) real a un 2.6 % en el tercer trimestre, con un acumulado de 1.7 % en enero-septiembre 2023. Hoteles, bares y restaurantes se destacan, con un crecimiento del 10.8 %, mientras el turismo bate récords con 8.3 millones de visitantes. La construcción creció un 9.5 %, y la agropecuaria registró un aumento del 3.4 % en septiembre.
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo de la República Dominicana, plantea este desempeño macroeconómico positivo del país en 2023 y proyecta un 2024 prometedor, en un reciente documento titulado República Dominicana: Balance económico de 2023 y desafíos de desarrollo de largo plazo publicado en su página web.
“El desempeño macroeconómico de la República Dominicana está cerrando 2023 con buen pie: la incidencia de la pobreza monetaria continuó cayendo, la inflación fue derrotada, el crecimiento se está acelerando y el empleo ha seguido creciendo, especialmente el formal”, resalta el Ministerio en el informe.
El informe detalla hechos clave del desempeño macroeconómico dominicano de 2023, apoyados con la evidencia estadística disponible hasta el momento, y plantea los desafíos de mediano y largo plazo.
Cita el récord histórico de ocupados, con 4,855,631 trabajadores en el tercer trimestre de 2023, y una reducción de la informalidad al 56.7 %. Los números que maneja indican que la inflación ha disminuido de 9.64 % en abril de 2022 a 4.41 % en septiembre 2023, y la política monetaria se ha vuelto más expansiva.
El comunicado añade que la generación de nuevos puestos de trabajo en los últimos doce meses estuvo concentrada en la ocupación formal, verificándose un incremento interanual de un 1.6 %, (agregando unos 34,907 trabajadores con respecto a octubre de 2022 y 14,164 con respecto a diciembre de 2022).
Este crecimiento de puestos de trabajo se vio reflejado principalmente por los sectores económicos como el comercio (0.8 p.p.); hoteles, bares y restaurantes (0.4p.p.); intermediación financiera (0.3 p.p.); transporte y almacenamiento (0.2p.p.) y construcción (0.2 p.p.).
Además, destaca el sólido desempeño del sector externo, con zonas francas, turismo, remesas y la inversión extranjera directa mostrando crecimiento. Las perspectivas indican un crecimiento sostenible en la economía dominicana, respaldado por políticas efectivas y un futuro prometedor en el horizonte.
De igual modo, el informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo resalta como un aspecto importante que la inversión, sector con un significativo efecto multiplicador de otros sectores económicos, ha ganado mucho terreno el crecimiento económico en la República Dominicana.
“Entre 2017 y 2020 la inversión explicó el 24.9% del crecimiento, en 2021 alcanzó un 31%, en 2022 fue de 33.3% y en la primera mitad de 2023 fue de 30.2%. Además de ser un indicador de un aumento en la confianza de los inversionistas en sentido general en la economía dominicana, la inversión sienta bases más sólidas para el crecimiento futuro”, indica el informe.
Sobre el crecimiento significativo del volumen de créditos, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo explica que para el mes de octubre del 2023 los préstamos al sector privado registraron una tasa de expansión interanual de 19.1%, la más alta verificada desde diciembre de 2014.
El informe detalla que, desde mayo hasta noviembre, los préstamos han registrado tasas de variación por encima del 18 %, para un crecimiento acumulado en este periodo de 11.7 % (comparado con 5.3 % de crecimiento desde el cierre 2022 hasta mayo 2023).
En particular, los préstamos al sector construcción han experimentado las tasas de crecimiento más altas, siendo evidente su repunte luego de las medidas implementadas en mayo, con tasas de crecimiento interanual desde octubre que superan el 30 % y con un incremento acelerado desde mayo de 24.1 %.
A lo largo de 2023, los ingresos de divisas del país han venido verificando incrementos importantes. En el primer semestre del año, los ingresos de divisas por exportaciones de bienes y servicios, remesas e inversión extranjera directa crecieron en US $686.6 millones, comparado con el primer semestre de 2022, para acumular un total de US $20,351.4 millones en el período.
La expansión de los ingresos totales se explica por el crecimiento de los ingresos por turismo y, en menor medida, por el de las remesas y las exportaciones de otros servicios. De seguir esta tendencia, los ingresos de divisas superarán los casi US $40 mil millones alcanzados en 2022.
El Gobierno dominicano también ha tenido buenos resultados con las políticas implementadas con relación al gasto de capital, recursos destinos para aumentar y preservar los servicios públicos del país, como transporte de pasajeros, viviendas, agua potable y saneamiento, salud y educación.
Entre enero y octubre de 2023, el Gobierno dominicano ejecutó aproximadamente RD $121.1 mil millones en gasto de capital, un incremento de 37.9 % respecto al mismo periodo de 2022. Se prevé que este año, el gasto de capital cierre en torno al equivalente 2.8 % del PIB, un nivel superior al observado en 2022.
La política fiscal también ha tenido como resultado una reducción notable de la deuda del Sector Público No Financiero como porcentaje del PIB en 2022 respecto a 2021, que pasó desde 50.4 % hasta 45.5 %. En 2023, se estima que ese cociente se mantendrá estable.
De igual manera, a octubre de 2023, el pago de intereses de la deuda pública como proporción de los ingresos tributarios creció en sólo un punto porcentual respecto a 2022 hasta alcanzar 22.2 %. Este cociente es similar al que se observó en 2018 y 2019, lo cual supone que la carga de la deuda pública ha permanecido estable en los últimos años.
Además, el informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo informa que las mejoras en la disminución de la pobreza que comenzaron durante el tercer trimestre de 2022 continuaron en el tercer trimestre del presente año, con una reducción de 28.4 a 24.4%.
La explicación de esto se encuentra en una combinación de factores, siendo el incremento en el empleo, el crecimiento de los salarios y la reducción de la inflación elementos clave para el desarrollo sólido de la economía dominicana.
Agencia Internacional reconoce desarrollo económico de RD
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo resalta que medidores internacionales han reconocido el desempeño económico dominicano en el presente año, a pesar del entorno desfavorable. Por ejemplo, a finales de 2022, la agencia estadounidense, Standard & Poor’s, elevó la calificación de riesgos en servicios financieros del país desde BB- hasta BB, mientras que este año Moody’s subió la calificación crediticia del país de Ba3 estable a Ba3 positiva, y Fitch Ratings mejoró la perspectiva del país desde BB- estable a BB- positiva.
Las expectativas para el 2024
Este comportamiento económico del 2023 sienta las bases para un 2024 que promete mejores resultados, a pesar de la incertidumbre del contexto internacional llama a la cautela en los pronósticos.
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo señala que un crecimiento más robusto y el mantenimiento de una baja inflación apuntan a que la República Dominicana tendrá mejores resultados sociales, especialmente en empleos e ingresos reales.
Por otra parte, indica que se espera un entorno favorable para transformaciones más profundas como las del empleo, en la que todavía persiste una alta informalidad y precariedad; la fiscalidad, la cual necesita robustecerse para financiar adecuadamente los servicios y las infraestructuras públicas, y las del aparato productivo para lograr acelerar la modernización y mayores niveles de competitividad.
Desafíos de RD
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo también señala que, en lo adelante, persisten desafíos socioeconómicos y estructurales de mucha envergadura en República Dominicana.
Detalla que uno de esos desafíos es avanzar hacia lograr una estructura productiva más capaz de responder a las adversidades relacionadas al calentamiento global, que ha impactado significativamente al sector agropecuario, observándose períodos prolongados de sequía estacional, vientos huracanados e inundaciones que afectan directamente el rendimiento de los cultivos y de algunas actividades pecuarias y reduciendo el acceso de la población a alimentos.
A se suma la de una reestructuración que reconozca los crecientes riesgos y le prepare para ser cada vez más capaz de resistir y recuperarse de los choques climáticos, contribuyendo a fortalecer la seguridad alimentaria.
Por otra parte, la notable desaceleración de las exportaciones de bienes, las cuales requieren que se impulsen políticas de desarrollo productivo que estimulen el crecimiento de la productividad tanto general como en actividades clave que contribuyan a ganar competitividad internacional.
En el caso de las exportaciones nacionales, República Dominicana requiere de los aprendizajes tecnológicos en agricultura y el mejoramiento de la calidad de las manufacturas parecen esenciales. En el caso de las zonas francas, se hace necesario participar en nuevas actividades y cadenas globales de valor que requieran mayor sofisticación de los procesos productivos y que creen empleos de más calidad, que demanden mayor nivel de cualificación.
Además, se requiere avances en la educación, debido a que esta herramienta juega un rol central en el proceso de transformación y modernización productiva, de mejoramiento de la calidad de los empleos y de fortalecimiento de la competitividad.
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo también se refirió al desafío de generar empleos de más calidad, cuya relación con la calidad de la educación es muy estrecha.
Además, se observa una considerable disparidad entre las tasas de ocupación de hombres y mujeres en el mercado laboral. Por último, el pasado reciente ha demostrado la relevancia de robustecer la capacidad fiscal para fortalecer la cobertura y la calidad de los servicios públicos críticos como los de educación, salud, protección del medioambiente y seguridad pública, así como para hacer frente a los choques naturales o externos. Es imprescindible que el Estado dominicano mejore de manera sustancial y sostenible su capacidad para movilizar recursos y ponerlos al servicio del desarrollo.
